La frase conmemorable que te invita a ser tú mismo. La verdad puede ser un deporte de riesgo, cuando le dices a alguien lo que piensas, solo porque te lo ha preguntado.

 Quizás, a medida que va pasando el tiempo, pensamos que afrontar algo debe ser sumamente incómodo. Es justo al revés, todo se vuelve más calmado y sosegado. Los problemas suponen pequeños escalones y algo fácil de gestionar.

Al igual que en las guerras y en la historia, siempre se habla de trabajar en equipo, aunque a veces el equipo sea problemático y un poco agotador.

Aprender a ser poco impresionables y mucho más asertivos nos libera de todo mal.

 En resumen, aunque puede sonar a tópico, los días que pasan no vuelven. Las oportunidades que se cruzan en tu camino no suceden de nuevo. Tus hijos nunca más volverán a ser pequeños. Ese perdón que no pediste con el tiempo no sirve. Las gracias que no das tú te las pierdes. Nada vuelve, todo es efímero.

Sí que podemos cambiar, sí que podemos amar como el primer día. Siempre se pueden hacer las cosas de diferente forma, pero, si decides que tu compañero sea el ego, serás eternamente infeliz.